Dios se manifiesta en nuestro camino muchas veces y de diferentes maneras. Él se encuentra en nuestra vida cotidiana, guiando al ser humano en ese curso. Lo encontramos a través de diferentes acontecimientos y experiencias que surgen a medida que pasa el tiempo. En estos momentos especiales, como el perdonar o sacrificarnos por alguien, Dios se comunica con el ser humano.
Algunas de las experiencias con las cuales nos enfrentamos pueden ser positivas o negativas, agradables o no tan agradables. Una experiencia en mi vida en la que he visto a Dios manifestándose fue en la muerte del primo de mi madre, Josué. La compasión y los signos de solidaridad de los familiares y amigos eran un firme testimonio de que Dios estaba allí. En la misa y en los actos de oración comunitaria por su alma se podía ver que todo era hecho de Él. Dios habla, sobre todo, en los gestos de amor a los que sufren.
Dios pone sus manos sobre todos nosotros para cuidarnos y que podamos aprender de estas nuevas experiencias, no importa las que sean. Por eso decimos que Dios es amor. Él es como un amigo que está ahí en las buenas y en las malas. Ese amigo que siempre te apoya y en el que siempre podrás confiar.
0 comentarios:
Publicar un comentario