sábado, 18 de enero de 2014

Reflejo del verdadero sentido de la Navidad – Periódico: El Visitante

En el artículo del 16 de diciembre de 2012 del periódico puertorriqueño “El Visitante” se planteaba el tema del verdadero sentido de la Navidad. En Puerto Rico, la Navidad se celebra de diferentes maneras. Las Misas de Aguinaldo son misas de preparación para Navidad. Se conocen en algunos pueblos del interior de la Isla como Misas de Madrugada. Estas son nueve misas que comienzan el 16 de diciembre, Memoria Obligatoria de la Expectación del Parto de la Virgen María y terminan el 24 de diciembre por la madrugada. Siempre han estado asociadas al misterio de la encarnación de Jesús que tiene a la Virgen María como figura.
Las misas de Aguinaldo tienen este nombre distinto por el horario en que se realizan. Para que podamos llamarlas así hay que celebrarlas antes de que salga el sol. Se celebran a las 5:30 de la madrugada, “para dar la bienvenida al sol naciente que representa al Cristo Resucitado que ilumina nuestras vidas disipando las tinieblas”. De esa manera, el sol está saliendo en el momento en que termina la misa.
 Los instrumentos y ritmos autóctonos de Puerto Rico se integran en estas misas y le imparten un clima de espera alegre y jubilosa. También, la actitud que deben asumir los católicos es una de devoción y recogimiento, pero a la misma vez festiva, de mucha alegría. Estas misas se celebran, precisamente, en la segunda parte del Adviento. Pero en la actualidad ya no hay ese entusiasmo para las Misas de Aguinaldo, aunque se siguen celebrando en las iglesias, pero con una menor asistencia de la población juvenil. Estas misas son parte esencial de nuestra tradición litúrgica popular y nos preparan para celebrar el nacimiento de Jesús. Es una costumbre que no debemos perder porque nos une como pueblo y nos enseña el verdadero origen cristiano de la Navidad.
El Adviento es un tiempo de preparación para la Navidad en las cuales se recuerda el nacimiento de Jesús. Al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, la Iglesia actualiza esta ‘espera’ del Mesías, la segunda llegada. El símbolo de este tiempo litúrgico es la Corona de Adviento. Esta representa nuestra preparación para la Navidad. Su color verde simboliza la esperanza en los tiempos nuevos. Poco a poco, vamos encendiendo las cuatro velas, tres de color violeta y una color rosa. Esta última se enciende el tercer domingo de Adviento. La forma circular de la corona es señal del amor infinito de Dios. Las manzanas rojas que la adornan representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo, pero recibieron también una promesa del Salvador.
En mi opinión, la Navidad es un tiempo de reconciliación con nuestro prójimo, de espera, preparación y de celebración del Nacimiento del Niño Jesús. A través de los años, esta tradición se ha ido perdiendo o cambiando, haciéndola parecer como un tiempo de materialismo. Consumimos, compramos, regalamos y recibimos pero no vemos el verdadero significado de la Navidad. Debemos de tomar esta oportunidad que se nos da cada año y valorarla, compartir con la familia, ir a las misas de Aguinaldo, ser solidarios con los demás, reflexionar y celebrar la llegada de Jesús, el Mesías esperado. 

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