¿Por qué Otto von Bismarck es importante, no solo en el desarrollo de Imperio alemán, sino también en la configuración del Imperialismo de la edad contemporánea?

        Otto von Bismarck fue importante, no solo en el desarrollo del imperio alemán, sino en la configuración del imperialismo de la edad contemporánea. Este personaje de mediados a finales del siglo XIX fue un extraordinario diplomático. La influencia de Bismarck no solo provoca dos guerras muy importantes para que Alemania se convirtiera en la primera potencia europea a finales del siglo XIX, sino que también logró que se desarrollara industrialmente.

          Bismarck fue nombrado como primer ministro en 1862 por Guillermo I para reforzar la monarquía ante el parlamento de Prusia. Inmediatamente desarrollo el imperialismo alemán al separar a Austria del imperio y hacer de Prusia la ciudad más importante. En 1866 le declara la guerra a Austria, siendo vencedora Prusia.  Luego, Bismarck hace un movimiento diplomático estratégico al tener a Austria como aliada porque les devolvió territorio que habían perdido. 

Bismarck crea la Unión Alemana del Norte, en 1867, de religión protestante y luego se une con Francia para que le ayude a incluir a los estados Alemanes del Sur que eran de religión católica. Pero al crear esta unión y a causa de la guerra austro-prusiana de 1866, Francia comienza a desconfiar de Prusia. Así comienza la guerra franco-prusiana donde Prusia salió victoriosa. En el Congreso de Berlín de 1878, donde Bismarck fue presidente, la reina de Inglaterra Victoria I hizo una intervención positiva. En la conferencia de Berlín de 1885 se determinaron los principios que regirían el repartimiento de tierras con el propósito de evitar posibles conflictos en el futuro. En su último período como canciller, Bismarck intentó reforzar la posición del imperio alemán usando una política de paz y alianza, a la vez que quería aislar a Francia.

Finalmente en el 1890, terminan este periodo de imperialismo alemán bajo Otto von Bismark. Se le conoce como el ‘canciller de hierro’ por su determinación y voluntad al guiar al imperio Alemán a convertirse en la principal potencia miliar e industrial europea de finales del siglo XIX.